La agricultura

  1. La reforma agraria liberal:

La reforma agraria liberal era el conjunto de reformas cuyo objetivo era la disolución del Antiguo Régimen en el campo, también se llevó a cabo la introducción de formas de propiedad y la producción capitalista. Esta transformación se llevó a cabo durante la primera mitad del siglo XIX, a partir de la subida al poder de los progresistas en 1837.

Durante este periodo se abolió el régimen señorial, se desvinculó la propiedad y se desamortizaron casi todas las tierras que pertenecían a la Iglesia y a los Ayuntamientos. Estas reformas hicieron que se consolidara la propiedad privada de la tierra, que se transformó en mercancía que podía ser vendida y comprada libremente.

Una parte de esas tierras fue comprada por la burguesía o por campesinos acomodados con interés en cultivarla y modernizar las explotaciones para obtener beneficios y sacar rendimiento. Gracias a esto la producción agrícola aumentó y se destinó cada vez más hacia la venta.

Una gran parte de la tierra permaneció en manos de sus antiguos propietarios, o de funcionarios, militares o comerciantes con mentalidad rentista, por eso, introdujeron pocos cambios en la explotación agraria. La tierra continuaba siendo una fuente de rentas, con pocas inversiones y trabajada por campesinos jornaleros a cambio de jornales muy bajos.

2. Escaso desarrollo agrario:

La reforma agraria no permitió a los campesinos acceder a la propiedad y la mayoría de ellos continuaron como jornaleros pobres o tuvieron que emigrar a las ciudades.

Se mantuvo la mano de obra barata en el campo y esto no estimuló la mecanización ni el aumento de productividad , además este campesinado pobre, con escasa capacidad de compra, no constituyó un mercado sólido para los productos de la nueva industria. Esto tuvo como resultado fue el mantenimiento de unos bajos rendimientos agrícolas y la pobreza de la mayor parte de la población agraria, y esto supuso un avance para la industrialización.

 

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